En estos tiempos de crisis de credibilidad a nivel mundial, tanto en lo político como en lo económico, surgen varios temas sobre los que podríamos habla, pero centraré esta entrada en uno que ha sido muy recurrente, al menos en nuestro país; la corrupción.
Respecto a ello existe un estudio de Daniel Kauffman que resulta muy interesante y nos brinda un punto de vista diferente para entender ese fenómeno. No es aquella que quiso adjudicársela a cuestiones culturales, es una que está centrada en estudios mejor elaborados y se refiere al grado de involucramiento de los individuos.
De manera general, nos dice que la corrupción está inversamente relacionada con el grado de custodia-monitoreo-reclamo de los ciudadanos y que se vuelve "legal" cuando se encuentra inmersa en un ámbito institucional.
Como ejemplo de la descripción anterior, pondremos un proceso en el que el gobierno realizará una obra y requiere de los servicios de un particular para llevarla a cabo. Al mantenerla en un marco legal, aunque sea manipulada o dirigida , todo lo que se realice o suceda se considerará "legal", porque no se realiza de manera escondida o a espaldas de los demás.
Sin embargo,ese estudio nos menciona que mientras más esté involucrada la sociedad para denunciar, exigir resultados y/o pedir rendición de cuentas, menor serán las ganas o posibilidades de que alguna autoridad, empresario o persona quiera incurrir en un acto de corrupción.
Para desgracia de muchos, eso solo sucede en naciones que tienen un alto sentido social, de velar por los intereses de todos sus integrantes y no solo en los beneficios propios.
Yo espero que en algún momento todos logremos llegar a ese nivel y no verlo como una utopía o darle fuerza a las justificaciones de que es un asunto cultural y terminar aceptándolo con un lastimoso "así somos, ni modo"