24 jun 2015

Uber y Cabify o cuando el destino nos alcance.

Sabíamos de su existencia y de que solo era cuestión de tiempo para que llegara a más lados y nos hiciera, a todos, cambiar la forma en que vivimos y entendemos las cosas.

Estoy hablando de las conocidas aplicaciones/servicios de Uber y Cabify, odiados por algunos, amados por otros.

Cuando surgieron, como toda idea de negocio, pretendieron explotar los huecos existentes en los servicios actuales; falta de seguridad en muchos aspectos, tranquilidad y confianza.

Desde que la sociedad de la información tomo más forma y fuerza, gracias a la conectividad y democratización de sus servicios, lo que se busca es tener eso, información clara, confiable y en tiempo real.

Si trasladamos eso al transporte, el uso de aplicaciones que nos permitan saber el estado del tráfico y las mejores rutas son ahora casi indispensables. La cuestión de aquellos que no usan auto privado y necesitan o quieren usar otro transporte es  ¿cómo me muevo de manera segura, eficiente y barata?

Aquí es donde las opciones antes mencionadas, entre muchas más, tienen las de ganar puesto que dan seguridad de que llegará un servicio de taxi, que será una persona confiable, la tarifa que pagarán y que llegará al destino.


La zona de confort en la que se colocaron los taxis libres los hizo pensar que el mercado estaría allí  solo para ellos, inamovible, impávido. Olvidaron lo más importante que es el individuo, aquél al que le brindan el servicio, ese que siempre está evolucionando y buscando lo mejor.

No es tan sencillo como parece el asunto, no olvidemos que la teoría de los sistemas complejos nos dice que todo problema tiene múltiples causas y por ende múltiples soluciones posibles.

Lo cierto es que los taxistas, como hoy los conocemos, se quejan de falta de equidad, de "competencia desleal" y, lo que es peor, su forma de reaccionar es la violencia. No olvidemos que ellos son los que originaron esa nueva oportunidad de mercado al generalizar sus abusos (taxímetros alterados, aumento de tarifas porque es de noche, no ir a ciertos lugares porque si, autos en mal estado, malos tratos, etc.) y que ahora no podrán eliminar de manera sencilla.

A nosotros, los usuarios, no nos queda mas que utilizar la opción que mejor nos convenga, como siempre, y esperar que, al igual que nos dice la teoría antes mencionada, la nueva situación se autoregule y termine siendo lo mejor para todos.

17 jun 2015

Pasaron las votaciones y ¿ahora qué sigue?



En nuestro país hace 10 días pasamos por las llamadas elecciones intermedias.

Es históricamente probado que nunca han sido las que mas porcentaje de participación han tenido, pero si que son las que definen el rumbo que tomará el gobierno en su "segunda" parte del mandato.

Dirán, eso lo hemos leído y escuchado hasta el cansancio, si, pero lo que vengo aquí a expresar es que ahora, más que nunca, debemos de poner presión a los gobiernos, legisladores y demás servidores públicos, que se sientan observados, porque para eso les pagamos, para que cumplan con todo lo que nos prometen.

¿Cómo logramos eso?

Haciendo uso de las herramientas que ponen a nuestro servicio, porque sabemos que eso de "gobiernos de puertas abiertas" es una mentira. Quisiera ver que fuéramos a las oficinas de gobierno y nos dejaran entrar con el argumento de "vengo a pedirle cuentas a X funcionario", les apuesto que inmediatamente seríamos sacados por las buenas de allí, si bien nos va.

Usemos los portales de transparencia, los sitios de Internet, los recursos del IFAI, las cuentas de correo para denuncias, las cuentas de twitter, tanto de los funcionarios como las de algunas agrupaciones civiles para denunciar las cosas que funcionan mal; tenemos a @retioBase, @RedVialRC, y muchas otras.


No nos dejemos, hagamos que se sientan de verdad observados y que cumplan, que hagan lo que deben hacer, no son favores que nos hacen, son sus obligaciones, por eso los pusimos allí.

Como anécdota, para que vena que si se puede, hace algunos años presioné a una presidenta municipal a que reparara un paso a desnivel que estaba oscuro, maltratado y encharcado, no me hacía caso, levanté mi denuncia en contraloría estatal y ¿que creen?, fueron a buscarme a mi casa para entregarme un expediente con fotos, desglose de recursos usados y tiempo en que repararon el paso, ¿no que no?

No siempre lo lograremos, pero si somos muchos los que pedimos, monitoreamos y, de ser necesario, exigimos las cosas, no tendrán hacia dónde hacerse y tendrán que cumplir.

Quizá es una visión muy ilusoria, pero creo que si podemos lograrlo o ¿ustedes que piensan?