31 mar 2014

Los seres humanos somos unas islas...

Desde que empezamos nuestra educación formal, y en casi cualquier tipo de discurso, nos repiten una y otra vez lo mismo: La familia es la base de la sociedad, no funcionamos ni funcionaremos de manera aislada. Pensar que los seres humanos somos unas islas es una locura.

Encontramos opiniones de expertos, y aquellos que no lo son tanto, que nos describen y explican los tipos de familias que existen, actualizándolas a la realidad que tenemos.

También nos dicen que debemos colaborar y cooperar para que funcione y una larga lista de recomendaciones. Pero también en la educación formal surge una idea que nos empiezan a inculcar cada vez desde edades más pequeñas y es la de la competencia, y no me refiero al ser competente en algo, me refiero a competir con el otro, a ser mejor que el otro y cómo podemos humillarlo "dignamente", sea éso lo que sea.



23 mar 2014

La sociedad que somos y seremos o el eterno retorno de las cosas

Es formidable la forma en que el ser humano actúa y se desenvuelve ante los diversos escenarios que se le presentan, adaptándose a ellos y saliendo siempre adelante.

También es formidable la capacidad que tiene de demostrar “la condición humana”, esa mezcla complicada de sentimientos y deseos sobre sí mismo y los que lo rodean, que al final termina siempre con un “yo primero y luego yo”.

Esto lo he estado pensando a raíz de los acontecimientos civiles, políticos y económicos que se han estado presentando en el mundo y que siguen un curso establecido o predestinado, un eterno retorno de las cosas, que no solo expreso en el sentido filosófico sino en el sentido histórico de los mismos.

En los últimos 10 años hemos tenido dos crisis económicas fuertes que parecen no tener fin, pero que tienen muchísimas predecesoras que han tenido algo en común: la avaricia, el obtener dinero sin importar cómo, el capitalismo a ultranza que nos han vendido como algo normal, disfrazado con frases o conceptos como la mano invisible del mercado o la ley de Say.

Desde que se vendió la idea del modelo económico que prometió “una copa de champaña que al llenarse derramará sus bondades a los demás”, el problema es que los que están dentro de la copa parecen no tener fondo y nunca se llena.

Aunado a esto el hecho de que la política es solo el medio para un fin, hacerse ricos sin importar cómo, y no lo que debe ser: velar por los intereses de todos los que son representados por esos políticos. Y lo vemos a diario; escándalos de corrupción, despilfarro de recursos públicos, impunidad, compadrazgo y nepotismo, violencia sin control.

Podríamos considerar que estos dos aspectos principales han sido un caldo de cultivo que ha permitido que la gran mayoría de la humanidad demuestre su condición humana y busque su beneficio sin importar cómo, porque existe la posibilidad de salir avante debido a que muchos hacen lo mismo.

Todo esto lo han predicho muchos autores en novelas visionarias y futuristas, que en la actualidad de futuristas no tienen nada, y parece que no nos damos cuenta, que vamos directo a ese futuro nada prometedor pero que sin embargo se repite.

Basta recordar lo que sucedió con la contaminación durante la Revolución Industrial, las crisis económicas de 1873 y que no han cesado, las crisis de credibilidad política que no tienen fin, el control del individuo por parte de su gobierno o “sistema” y un gran número de cosas que no terminaríamos de mencionar.

Todo eso se ha presentado durante el largo camino de la humanidad por este planeta y me hace pensar ¿es la sociedad que merecemos? ¿acaso es el eterno retorno de las cosas del que nunca saldremos? ¿tendrá fin?

Parece que no nos queda mas que ser partícipes de algo o sentarnos a ver qué sucede, como muchos hacen, esperando que sea lo mejor, al menos para mí, dirán esos.

Por cierto, puedo recomendar una película que vi este fin de semana que terminó de convencerme para escribir esto: Margin Call estupenda!!

3 mar 2014

Origen de la palabra Bistró

En esta ocasión decidí escribir un poco acerca del origen u orígenes de la palabra Bistró o Bistrót que ha dado origen a muchos lugares, la gran mayoría de ellos bastante elegantes y lujosos, al menos en México. Esto me atrevo a decirlo y escribirlo después de tener una plática con un amigo historiador francés sobre el origen de dicha palabra.
Archivo:Jean Béraud Au Bistro.jpg



Buscando un poco en Internet, encontramos que tiene al menos un par de acepciones generalmente aceptadas.
Una se refiere al lugar en el que se sirve bebida y comida y otra que hace referencia a una palabra (¡быстро!) que significa rápido y que dicen era la forma en que los soldados rusos se dirigían a los franceses en los restaurantes para pedir/exigir su comida.

La cuestión aquí es que la primera es la más aceptada entre los franceses porque finalmente es un lugar en donde se sirve comida, restaurante, y de origen un tanto popular.

La segunda es, al menos, etimológicamente correcta pero quizá históricamente incorrecta.
Si revisamos un poco la historia de las Guerras Francesas, podremos darnos cuenta que durante las mismas la economía no estaba del todo bien y menos para los obreros y demás gente que no se encontraba entre la realeza. Motivo éste para hacer dudar bastante sobre el cuento de que los soldados rusos entraban a los restaurantes a pedir comida.

Lo que si tiene más sentido es que la gente de bajos o pocos recursos, que era la gran mayoría,  al encontrarse la economía por demás estancada buscan la forma de hacerse de recursos y salir adelante, abriendo así las puertas de sus casas para que la gente entrara a comer lo que se tenía en el día o el “menú del día”.

Allí si encaja más que los soldados rusos llegaran a estos hogares (fondas) a comer y pidieran/exigieran la comida rápido en su carácter de militares.

Por lo mismo podemos imaginar e intuir que el menú era total y absolutamente tradicional o nada ostentoso, elaborado por cocineras y nunca por chefs, integrado por platillos de los lugares y ofreciendo como bebida el vino o cerveza.


Así que ya sabemos que todos esos lugares que vemos con lujo extremo y con leyendas de “auténtica comida francesa” o “comida tradicional francesa” solo se están colgando de un concepto más que de la historia u origen real y que siendo justos, esos lugares deberían ser como nuestras fondas con precios módicos y comidas nada elaboradas